lunes, 8 de septiembre de 2008

El rapto

La mujer se acercó, le tomó del brazo y se lo llevó.

Y el adulto pensaba "oh, Dios mío, qué va a pasar, qué será de mi, con quién estoy, qué posibilidades tengo, qué futuro me espera, cómo viviré, cómo moriré, cuáles serán las condiciones, hasta dónde podré mantener lo que soy, lo que pienso, lo que siento, qué pensarán, qué pensará Ella, qué pensaré, cómo lo afrontaré, cómo se incardina esto en mi experiencia vital, ¿será coherente con mi manera de sentir?, ¿y con mis principios?, ¿y con mi visión del mundo? ¿y con la ley?, ¿y con lo que dice la sociedad?, ¿haré el ridículo?", y mil cosas más.

Y el niño se dejó llevar.

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